Tras más de dos décadas de su vida dedicadas al skateboarding, Carlos Mayorga, habitante de Usme desde su nacimiento, es el entrenador de la selección de skate en los Juegos Olímpicos París 2024.
Comenzó su carrera en las calles del barrio La Marichuela y poco a poco escaló hasta convertirse en uno de los grandes referentes de este deporte en Usme y en Bogotá. Patrocinó deportistas locales emergentes en los que creía, y su pasión lo llevó a entrenar a niños en una escuela comunitaria de Usme hace más de diez años. Una época donde a nadie se le pasaba por la mente que ese pasatiempo podría llegar a ser un deporte olímpico.
En ese camino creó la tienda Repcol Skateboard, un espacio que funciona desde hace más de 12 años en el barrio Santa Librada, donde los skaters de la zona pueden comprar todo lo que necesitan relacionado a esta cultura deportiva.
Sin embargo, frente al deporte, Carlos considera que a los skaters de Usme aún les falta más visión para poder consolidarse, a pesar de que antes, en el “underground”, era mucho más difícil conseguirlo.
“Hemos dado pasos hacia adelante en cuanto a la práctica porque se ha incrementado el número de personas interesadas. Antes existían tal vez tres o cuatro parches que practicaban en Usme y ahora existen muchos en muchos barrios”.
Pero frente a la llegada del skateboarding como deporte, “creo que aún está un poco retrasada en Usme. Hay mucho talento, pero el talento de los deportistas todavía no está interviniendo en competencias ni en el esquema del deporte a nivel olímpico”.
“Talento si hay y muchísimo. Pero cuando en Usme se la crean más o creamos más en que tenemos que sacar esos talentos adelante, creo que la zona quinta va a tener muy buena representación a nivel distrital y nacional”.
Sin embargo, él sabe que en la vida siempre hay retos y que estos son los que lo mantienen “pegado” a este deporte.
El que viene ahora es París, a donde llega tras una dura ronda de clasificación de los skaters: Jhancarlos González y Jazmín Álvarez, esta última, quien lamentablemente sufrió una lesión durante los entrenamientos en París, lo que le impidió participar en la competencia.
Pese a eso, sabe que el solo hecho de estar allí es una gran ganancia, ya que de los 22 deportistas que lograron su cupo, Colombia se encuentra entre los pocos países que lo hicieron. 11 en total.
Y aunque ahora está enfocado en al menos conseguir un diploma olímpico, o sea, quedar entre los 10 primeros, su verdadera lucha es que en los próximos olímpicos no “vayamos solo con dos deportistas”, sino que se aumente el número exponencialmente, siempre “teniendo los objetivos claros de lo que se quiere lograr”.
Más a sabiendas que podían ser 3 los skaters que hubieran podido participar en París, pero el Comité Olímpico Colombiano solo pudo patrocinar a dos. El otro, Nikolay Porras, solo tenía el aval. Por lo que tenía que conseguir 8 millones de pesos en quince días, tiempo que no le alcanzó.
Actualmente Carlos, licenciado en educación física y coaching deportivo, además de ser entrenador del equipo olímpico, también lo es del equipo de skateboard de Bogotá, a través de Instituto Distrital de Recreación y Deporte, algo que 23 años después de empezar a practicar este deporte nunca se imaginó.
“Si quise vivir del skate y es algo que todos los skaters quisieran porque uno es feliz sobre una patineta. Uno vive el deporte, vive el skate, vive sobre las 4 ruedas, de una manera completamente diferente. Y donde llegamos, entre skaters, somos completamente bienvenidos como si fuéramos una familia. Por eso amo este deporte”:
